Escuchar para recordar. Escuchar para entender. Escuchar para no olvidar.
Sobre el proyecto
Todo comenzó como lo hacen muchas buenas ideas:
alrededor de una mesa, entre amigos, vino y ganas de hacer algo con sentido.
Con el tiempo, la forma ha ido cambiando, como cambian las cosas vivas.
Pero el fondo permanece: querer dejar un rastro.
Un dÃa descubrà que la voz de alguien a quien quiero empezaba a borrarse de mi memoria.
Y entendà que la vida es urgente,
que lo cotidiano merece ser contado,
y que todos tenemos una historia que puede resonar en los demás.
Este proyecto nace de ahÃ:
de la necesidad de grabar el pulso de quienes no suelen tener escaparate.
Gente que no busca protagonismo, pero que tiene algo valioso que compartir.
Un recuerdo, una forma de ver el mundo, una herida, una idea.
Un legado, aunque sea pequeño.
Cada persona tiene su verdad.
Y esa verdad no tiene por qué parecerse a la nuestra.
Pero gracias a esas verdades distintas podemos nutrirnos
y ser mejores como individuos y como sociedad.
No importa el lugar, ni el oficio, ni si se han subido antes a un escenario.
Importa la mirada, el gesto, la palabra dicha sin prisa.
Gracias a este viaje he empezado a conocer personas que de otro modo quizá nunca habrÃa cruzado.
Y cada conversación me confirma lo mismo:
que escuchar de verdad es un acto transformador.
Esto no es un canal de entrevistas.
Es una invitación a parar.
A mirar.
A dejar que alguien nos cuente quién es, antes de que el tiempo se lo lleve.